En el taller del pasado viernes 10 de mayo trabajamos la serenidad y buscamos distintas técnicas para lograr alcanzarla, sobretodo cuando estamos muy estresados o alguna situación nos supera.

  1. Contextualización

Antes de descubrir la emoción que íbamos a trabajar, les pusimos música relajante para darles alguna pista y, a su vez, les enseñamos la imagen del emocionario. Les dimos unos minutos para que pensasen en qué emoción podía ser. Una vez acertada, leímos lo que significa la serenidad.

       2. Dinámica “el verano”

Los niños alcanzaron un estado de calma a través de la contracción y posterior distensión de los músculos del cuerpo.

Para comenzar a jugar, les contamos a los niños bonita historia. Una opción es decirles que estamos terminando la primavera y que muy prontito llegará el verano. El juego consistió en que los niños sintieran que eran “bloques de hielo” que poco a poco se iban derritiendo, hasta que llegó el verano y el bloque de hielo se convirtió en un árbol florido.

Los niños pudieron moverse libremente y cuando dijimos la palabra “hielo” tuvieron que apretar fuerte todos los músculos del cuerpo hasta congelarse. Sin embargo, cuando dijimos “verano”, se derritieron y movieron libremente como una flor al viento.

El contraste de ambos estados ayudó a que los niños se relajasen y notasen lo diferente que puede percibirse un mismo cuerpo cuando tomamos conciencia del mismo y actuamos para modificarlo.

  1. Dinámica “El juego del silencio”

Este juego tiene muchos beneficios para los niños, y, además, también ayuda a fomentar la concentración, a tomar conciencia del propio cuerpo y refina todos los sentidos.

Nos sentamos en el suelo formando un círculo, y les explicamos que íbamos a jugar al juego del silencio. Durante un minuto, los niños tuvieron que permanecer quietos y en silencio con los ojos cerrados, como si fueran una flor. Después, repetimos la técnica durante más tiempo, y utilizamos música de fondo. Al terminar, fueron explicando uno a uno qué sintieron en cada periodo de tiempo.

  1. La cajita de la serenidad

Una vez calmados tras las dos primeras dinámicas, pensamos en distintas actividades que les gusta hacer a los niños para poder recuperar la serenidad. Todas esas ideas las guardamos en una cajita para que las tuvieran en casa, y, si en algún momento están tensos, poder coger una idea “serena” y relajarse.

  1.     Mandalas cooperativos

Para finalizar el taller, realizamos la actividad de mandalas cooperativos. Cada niño comenzó coloreando un mandala, y cada 3 minutos, tuvieron que ir rotando los mandalas para, al final, colorearlos entre todos. Gracias a esta actividad, además de fomentar la calma y la serenidad, conseguimos reforzar la cohesión de grupo. Los mandalas coloreados los colgamos en la clase del taller para que reflejen el vínculo que existe entre ellos.