En el taller del pasado viernes 3 de mayo trabajamos la emoción del odio, enseñándoles que hay que saber perdonar y no odiar a alguien eternamente.

  1. Contextualización

Al principio les enseñamos la imagen del emocionario para ver si podían adivinar la emoción. Como era sencilla, la reconocieron fácilmente. Además de la lectura del texto del emocionario, visionamos un vídeo que trata sobre el odio que una hermana siente hacia otra (https://www.youtube.com/watch?v=fMIDbfJZYAw). Tras verlo, les preguntamos a los niños porqué creían que existía ese odio y si Renee pudo dejarlo a un lado y volver a querer a su hermana.

       2. ¿Qué está pasando?

Les dimos una serie de palabras, y, en parejas, tuvieron que elegir cuáles eran las más acertadas para describir la imagen que aparece en el emocionario. Además, les entregamos otro grupo de palabras que servían para describir cómo se sentía la cerdita, y tuvieron que escoger también las que creían más oportunas. Una vez terminaron, explicaron las historias y los adjetivos elegidos en voz alta y pensamos por qué podía estar enfadada la cerdita. 

  1.       ¿Quién siente odio?

Les presentamos una serie de situaciones y los niños tuvieron que explicar por turnos qué podían hacer los protagonistas para superar el odio. Después, tuvieron que explicar uno a uno cómo se habrían sentido en esa situación y cómo hubieran actuado. A raíz de aquí, tuvieron que escribir de manera anónima 3 situaciones en las cuales habían sentido odio, explicando el porqué y hacia quién y decir si fue duradero o no. ¿Cómo dejamos a un lado el odio? 

  1. Finales felices

En parejas diferentes que en la segunda actividad, tuvieron que pensar en un final feliz para la historia, y ver si se podía aliviar el odio de la cerdita y de qué manera.